Mira, imagina que cuando tenías 5 años te hiciste una herida en la rodilla.
Pero no tenías betadine, ni agua oxigenada, ni tiritas.
La herida se fue cerrando pero un poco malamente. Tra tra.
Cada vez que te volvías a caer de rodillas se volvía a abrir y se hacía cada vez más profunda y fea.
Pusiste una venda como pudiste y tiraste millas.
Llegaste a tu edad adulta y la sigues teniendo. Ahí con su venda mal puesta.
Y de vez en cuando, cuando alguien te mira mal, no te responde a tu mensaje, o te hace una crítica…
Pamba!
Se abre y escuece.
No veas como escuece.
Porque está mal curada.
Debajo de la venda está todavía sin cicatrizar.
Y duele y piensas que el culpable es esa persona. Ese mensaje no respondido, esa crítica del jefe.
Y sí, puede que un poco de responsabilidad puedan tener (no siempre, ojo!).
Pero el origen del dolor está realmente en tu herida abierta.
En tu pasado y tu mochila personal.
En aquello que te pasó cuando eras niño.
Si… ya sé que suena un poco a trillado eso de que todo viene del pasado… pero es que en muchos casos es así.

¿Cómo reconocer que es una herida?
No todo viene del pasado. Pero cuando empiezas a repetir algunos patrones… cuando parece que siempre te pasa lo mismo, ¨siempre me tocan los tíos fríos…¨, ¨estoy harto de procrastinar todo el tiempo¨, ¨por qué seré tan perfeccionista y quisquilloso?…
Cuando ese tipo de comporamientos es bastante habitual y lo más importante: TE OBSTACULIZAN en tu día a día, en tu vida presente, entonces probablemente estemos hablando de una herida.
Por ejemplo, Lucía que siempre repite el mismo tipo de relaciones de pareja y se queja pensando que sencillamente tiene mala suerte… Pues no hija, probablemente sea tu herida de abandono o de abuso, o tu privación emocional, que están teniendo algo que ver.
O Martina que es súper quisquillosa y ambiciosa y acaba llenándose de proyectos y miles de cursos y luego dice que no tiene tiempo para tomar unas birras. Lo que no tiene tiempo es de atender su herida de metas inalcanzables y darse cuenta de que trata de compensar una carencia interna.
O Leo que nació en un barrio dónde todos eran de una clase económica más alta que su familia y creció sintiéndose un extraño, y ahora en la empresa en la que trabaja cree que todos sus compañeros le dejan de lado. Y adivina! No, no son sus compañeros el problema, es más su herida de aislamiento social.
Ays…
Que complejitos somos y qué bonito es el ser humano.
Cuando repites patrones negativos una y otra vez y te obstaculizan en la vida diaria, probablemente sea una herida del pasado que está mal curada.
Vale muy bien María. ¿Y ahora qué?
Pues mira, puedes seguir dándote cabezazos o seguir tropezando con la misma piedra.
Eso siempre es una opción.

O también puedes empezar a reflexionar y plantearte si tu pasado puede que tenga algo que ver con todo esto.
Mira para hacértelo un poco más fácil te dejo aquí una lista de heridas que usamos en la Terapia de Esquemas. (En esta modalidad de terapia llamamos a las heridas Esquemas Maladaptativos Tempranos, formas de ver la vida que creamos poco a poco a raíz de nuestras experiencias tempranas).
Diferenciamos 18. Ale, por si no te estaba explotando la cabeza, ahora ya sí que sí:
Abandono-Inestabilidad
Desconfianza-Abuso
Privación Emocional
Defectuosidad-Vergüenza
Asilamiento Social -Alienación
Dependencia – Incompetencia
Vulnerabilidad al daño o al peligro
Entrampamiento – Yo inmaduro
Fracaso
Grandiosidad
Insuficiente Autocontrol Autodisciplina
Subyugación
Autosacrificio
Búsqueda de aprobación-Reconocimiento
Negativismo-Pesimismo
Inhibición emocional
Estándares inflexibles – Crítica Sobredimensionada
Punitividad
¿Te suena algo?
Reflexiona acerca de lo que más te molesta en tu vida, ¿qué es lo que más te duele en tus relaciones? ¿Qué es lo que te gustaría cambiar dentro de ti?
Quizá por ahí vaya la cosa.
En terapia o en cualquier proceso de indagación emocional, lo que intentamos es quitar la venda, aunque duela, mirar la herida y ver qué necesita. Igual necesitas puntos, o desinfectar, o una pomada… Y al principio va a doler. Pero así es la única forma de dejar de darte cabezazos.
En el Retiro ¨Tu cuerpo y tu niña interior¨ vamos a explorar precisamente esto, cuáles son las heridas que nos obstaculizan en nuestra vida y qué es lo que necesitamos relmente.
Te invito a echarle un ojo, y si no es para ti, sigue atento por aquí porque seguiré hablando de este tema.
Un abrazo fuerte,
María