Quiero ser vista.
Que unos ojos me digan sin palabras:
Sí. Existes, vales la pena, estás bien.
Una mirada dulce y compasiva es una necesidad muy humana.
Hace miles de años, no ser vistos por nuestra tribu significaba estar en peligro de ser abandonados y morir.
Podéis leer este bonito artículo:
https://terramater.es/la-infancia-y-la-necesidad-de-ser-mirado-a/
Mini experimento:
- Prueba a mirarte a los ojos en el espejo. Sin hacer nada más. Solo mirarte.
¿Qué sucede? ¿Te sientes abrumado?
- Prueba a mirar a los ojos a una persona con la que te sientes segura. En silencio. Durante 30 segundos.
¿Qué sucede? ¿qué sientes, qué piensas? ¿qué notas en tu cuerpo?
¿Dónde estás tú en esta línea?

Ambos polos son normalmente respuestas de trauma.
Y trauma no es solo abuso directo.
No ser vistos, ser ignorados repetidamente cuando eramos niños también genera trauma.
Bessel van der Kolk, psiquiatra e investigador muy muy importante en el ámbito de trauma, explica en su libro «El cuerpo lleva la cuenta»:
«Muchos pacientes que vienen a mi consulta son incapaces de mantener el contacto visual. Inmediatamente se cómo de abrumados están por su incapacidad de mantener mi mirada. Casi siempre ocurre que se sienten repugantes y no soportan que yo vea lo despreciables que son. (…) En respuesta a ser mirados, directamente se iban al modo de supervivencia. «
(Traducción propia, mi libro está en inglés!)
Y es más, en una conferencia que dio en la Collective Trauma Summit https://collectivetraumasummit.com/ dijo algo que me impactó muchísimo. También por la crudeza de sus palabras. Igual es que al ser holandés de origen es muy directo de por sí jejej:
«Prefiero ser violado en grupo a que mi madre no me mire durante toda mi infancia.»
Claramente hay que entenderlo en un contexto. No está diciendo que las violaciones no sean algo terrible y despreciable, se refiere más al impacto que puede producir un trauma sostenido en el tiempo comparado con un evento único. Un compartamiento dañino que se repite continuamente en nuestra infancia puede tener consecuencias gravísimas en nuestro desarrollo de la personalidad y nuestros mecanismos de defensa.
Resumiendo.
Necesitamos ser vistos. Y lo merecemos también. De adultos y de niños.
Mereces ser vista.
Con tus miedos, tus inseguridades
tus imperfecciones y tus virtudes.