La realidad es una buena amiga mía que me da oportunidades. O cómo un paciente te trastoca y te obsesiona con una pregunta.

Richard Bach en su aeroplano.
Richard Bach en su aeroplano.

Oooohh adoro estos momentos. Son una especie de momentos «eureka» con lucecitas de satisfacción y regocijo interno, mezclados con ansía de querer compartirlo con los demás y en los que aumenta la propia valoración de uno mismo (Claaaro… ahora lo entiendo todo…)

Esta vez fueron una consecución de momentos de estos con lucecitas y chispas en los ojos:

  • Lunes 28 de Julio: Último día en las prácticas del psiquiátrico antes de irme de vacaciones

Resulta que un paciente me había dejado mal. No del todo mal, pero yo me sentí un poco mal-tonta por no saber responder a su pregunta. Y su pregunta se me quedó colgando en la parte de atrás de la cabeza.

¿Pero cómo ver las oportunidades? ¿Cómo ver lo positivo, los mensajes en el camino? 

Sí. Suena muy filosófico. El chico es buen reflexionador. Y yo no supe qué responder.

Es un hombre que viene a las sesiones de danza movimiento terapia que doy en mis prácticas en el psiquiátrico.

Estábamos hablando de cómo las malas experiencias en la vida, depresión, psicósis, maltrato, despido…o sea, cualquier situación que nos tambalee de nuestra estabilidad y confort, pueden ser vistas y miradas cómo una oportunidad. Un toque de atención para aprender algo.

O eso al menos trataba de explicar yo, danzaterapeuta en prácticas de veinticinco a un grupo de pacientes de cuarenta y pico, en mi pobre y chapurreante holandés.

Y este hombre me daba la razón. Y me preguntaba que cómo ver los mensajes, que cómo saber lo que tenemos que aprender.

Ays…pero yo no supe qué responder a su pregunta.

  • Martes 29 de Julio: Día que vuelo a mi ciudad para unas cortas vacaciones

Me da por coger un libro para el vuelo. La elección de un libro es horrible para mí y depende muchísimo de que es lo que necesito en ese momento. No muy convencida cogí uno en castellano, Ilusiones de Richard Bach. 
Púm. 

A diez mil metros de altura empiezo a leerlo, orgullosa de no andar frente a una pantalla cómo mi compañero de asiento.
Leo y leo y todo parece ser respuestas al acertijo-duda de mi paciente. Mi cara es un poema. Quiero explicar a todo el avión lo que estoy entendiendo, parece que todo resuena. Que todo cuadra. Ays… si mi paciente tuviera este libro.

No existe ningún problema que no te aporte simultáneamente un don. Buscas los problemas porque necesitas sus dones.

El libro no es para tanto, así medio filosofía medio espiritualidad… pero me llegó en un momento muy muy justo.
Aquí algunas otras frases que subrayé con mi pinturín de color naranja:

Yo renuncié a mi condición de Mesías (…). Muy bien soy el hijo de Dios pero todos lo somos. Soy el salvador, ¡pero también lo sois vosotros! Vosotros podéis ejecutar los prodigios que ejecuto yo! Eso lo entiende cualquiera que esté en su sano juicio.

Quería decirles: Si tanto anheláis la libertad y la dicha, ¿Cómo no os dais cuenta de que nada de eso está fuera de vosotros? ¡Decid que lo tenéis y lo tendréis! Comportaos como si fuera vuestro y lo será! ¿Es que acaso es tan difícil?

Aprender es descubrir lo que ya sabes.

 

Mi respuesta

Ahí seguía yo leyendo y entendí y recordé ( y esto no es una verdad absoluta, sencillamente mi opinión y experiencia personal), que para ver los «mensajes», o las oportunidades en el día a día, lo que hay que hacer es:

  1. Ponerte una idea en la cabeza.
  2. Pensar en ella.
  3. Pensar en ella.
  4. Soñar con ella, imaginarla, pintarla en tu cabeza.
  5. Al cabo de mucho o poco, los ojos la verán. Más bien la crearán, la realidad es siempre condicionada y tú ves lo que quieres ver. Si te pones algo en la cabeza, cómo una pluma azul, el cerebro la encontrará, aunque sea en un tetrabrik de leche (otro bonito ejemplo del libro…)

    ilusiones-bach-richard
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Si pasas por una psicósis, una depresión, un despido, una ruptura, sólo tú puedes decidir y descubrir qué es lo que te quiere decir, qué es lo que tienes que aprender de ella.

Cada cuál lee lo que quiere de su alrededor. Yo intento leer lo que más conviene.

Yo leo la realidad un poco cómo si fuera una amiga mía que me da oportunidades. Que me echan de casa, pues nada, me compro un billete a Sevilla.

Y a disfrutar con mis lucecitas y mis entendimientos fugaces. Y mis más y mis menos.

* A mi paciente le recomendaré el libro. En holandés claro.