El amor es una cosa extraña, y ¡cuán fácilmente perdemos su cálida llama!
La llama se pierde y queda el humo.
El humo nos llena los corazones y las mentes, y pasamos los días llorando y amargados. Se olvida el canto y las palabras han perdido su sentido. El aroma se ha disipado y tenernos las manos vacías.
Nunca sabemos la manera de tener la llama limpia de humo, y el humo siempre sofoca a la llama. Pero el amor no es de la mente, no está en la red del pensamiento.
No puede buscarse, cultivarse, acariciarse o fomentarse; está ahí cuando la mente se halla en silencio y el corazón se ha vaciado de las cosas de la mente.
Krishnamurti